miércoles, 15 de diciembre de 2010

El campesino sin lienzo

En un pueblo había un campesino llamado Juan al que hacer dibujos. Un día, el campesino se acordó de una historia que contaba el padre Millán en misa que decía que San Cristóbal se echó al niñi Jesús a los hombros y le ayudó a cruzar el río sin problemas.

Entonces al campesino se le ocurrió dibujar esta anécdota en uno de sus lienzos. Al día siguiente el cuadro no estaba. No le dio mucha importancia puesto que no tenían valor y podía dibujar otro, pero, cuando a las dos semanas volvió a la iglesia, vió un tríptico con el mismo dibujo que él había hecho

Fué al rey y se lo dijo pero no le creyeron y el pobre campesino se quedó sin lienzo.

sábado, 13 de noviembre de 2010

Lennin, el sabio

 Había una vez un hombre que trabajaba de sol a sol sin descanso. Vivía solo, tenía una pequeña choza al norte de Cee, un pueblecillo a las afueras de A Coruña. No tenía mucho dinero, lo poco que ganaba trabajando en el campo de su señor se lo gastaba en dos trozos de pan y un poco de arroz.

Un día, reflexionanado en su choza, pensó que por qué trabajaba si vivía igual que si no           trabajase. Se hizo esta pregunta durante varios días sin encontrar respuesta alguna hasta que una noche se puso a rebuscar y ordenar su vieja estantería, entonces encontró un libro en el que había información sobre el trabajo. Ponía que todo empezó en la Europa del Este.


Contaba el libro que en un sitio llamado La Plaza Roja había un sabio que se llamaba Lennin. Entonces decidio hacerle una visita puesto que necesitaba un resumen sobre la vida. Al día siguiente se llevó un poco de tomate triturado a la tierra de su señor. Entonces se echó un poco en el cuello y otro poco en la hoz. El señor al verlo le dio por muerto y lo llevó a una fosa a las afueras de Santiago de Compostela. Cuando el señor se marchó, volvió a su casa, cogió sus cosas, comida, agua y emprendió su viaje. Al llegar a la frontera con Francia pensó en darse lavuelta puesto que los Pirineos le intimidaron, pero llegó una casa montesa y le ayudó a cruzarlos de salto en salto. Una vez en Francia la cabra se marchó. N otuvo problemas hasta llegar a los Alpes donde un oso le llevó hasta el otro lado. Cuando llegó a Alemania, unos bandidos le quisieron robar, pero un águila les atacó y le salvó. Al llegar a Rusia había un caballo, se montó en él y le llevó hasta el sabio. Una vez allí le preguntó:
-¿Por qué trabajo?
El sabio contestó: -"EL HOMBRE POR DOS COSAS TRABAJA, LA PRIMERA POR TENER PERMANENCIA Y LA SEGUNDA PARA PODERSE JUNTAR CON HEMBRA PLACENTERA". Él le dijo que era pobre y que vivía completamente solo, que seguía sin comprender por qué trabajaba. El sabio le dijo que gracias a que trabajaba había conseguido llegar hasta aquí. Gracias a las lechugas que cultivas, la cabra puede sobrevivir; Gracias a las bayas que plantas, el oso puede subsistir; Gracias a las zanahorias, el caballo puede vivir y todos juntos se lo agradecieron.

Él comprendió todo y volvió a su tierra a seguir trabajando para ayudar a convivir con otras razas.